lunes, 24 de mayo de 2010

¡Somos libres! (Parte I)

La semana pasada publicamos en la web el artículo de una funcionaria quemadísima con el recorte de sueldo del Gobierno. Lejos de posicionarme, lo que más me ha llamado la atención es que el texto ha suscitado varios comentarios. Y me sorprende (me alegra) porque es algo poco habitual, en general, que participemos. En lo que sea.

Hablo de ir a un concierto o de visitar una exposición que pudiera nutrir a nuestro espíritu de tal manera que nuestra consciencia individual alcanzara a diferenciar nuestra existencia de la de un gusano de seda, limitado únicamente por la inercia, la supervivencia y la rutina en el más perezoso y decadente de sus sentidos. Porque esos impulsos (tan comprensibles como naturales) pueden resultar nefastos en el desarrollo de una sociedad si el Hombre sólo se ciñe a ellos. Hablo de no acudir a una manifestación (ojo, yo el primer culpable) a decir que quizás, si nos plantamos -aun asumiendo ciertos sacrificios-, lo mismo los bancos no nos exprimen como si fuéramos naranjas, lo mismo los promotores no podrían vendernos sus pisos mal hechos a precio de un Matisse o un Van Gogh, lo mismo los gobiernos (de izquierdas, de derechas, capitalistas, comunistas, qué más da) se lo piensan dos veces a la hora de hacer pagar a sus pueblos una avaricia y unos errores que no han sido suyos. Ay, Sergio, eres un soñador. Puede ser. 'But I'm not the only one'.

Quizás esa ausencia de presencia -vale, tengo un lunes raro- sea la causa última y primera del artículo de opinión firmado por 'Huracán'. Quizás no haya que mirar tanto hacia arriba, hacia los políticos, ni echar la culpa a las grandes corporaciones. Quizás deberíamos sostener un espejo que apunte a ese rostro nuestro refugiado en medias sonrisas descreídas. Porque hemos interpretado la crítica de barra de bar (indignada pero estéril, apasionada pero inherte) y el hecho de SABER que nos toman el pelo, como una forma de falsa participación.

Así las cosas, gracias por hacer bailar los dedos sobre el teclado, Huracán, porque eres esperanza en estos días grises de ERES y familias en el paro. Si todos lo sabemos (dadle volumen y pensaréis que podéis cambiar el mundo)... ¿a qué estamos esperando?

2 comentarios:

  1. Gracias por hacer referencia a mi artículo, y gracias a todos los que de alguna manera, se han pronunciado, aunque sea poniendo un simple "me gusta" vía facebook. A mí también me ha hecho pensar que quizá no todo esté perdido, que no soy la única que siente cierta impotencia, ni la única a la que le han entrado ganas de luchar. "Esperanza" como dice Sergio, lo resume muy bien.
    Gracias. Huracán.

    ResponderEliminar
  2. Corto pero intenso, me ha gustado mucho tu artículo, Sergio.
    Tienes razón, es muy fácil quejarse pero resulta imposible mirarse el ombligo.
    La Humanidad no debería rendirse con tanta facilidad

    ResponderEliminar